Inocencia
Bajo tanto sol
en una barca estrecha
la alegrĂa
de sentir contra mis rodillas
la desnudez pura de un niño
y el ebrio tormento de incubar en la sangre
lo que Ă©l ignora.
Solitaria
Si bien el aroma de las flores nuevas te dio
el deseo de calor humano
y el atardecer que todavĂa no dibuja la noche
te empujĂł
por rutas lejanas
de la tierra –
hacia los lĂmites apagados del cielo –
para buscar en vano quien pudiera
prometerte durante esta hora seguir
cerca de tu corazón –
también es cierto que nadie
más entrará en tu corazón
inaccesible –
y que sólo está –
condenado a los gritos
de sus golondrinas –
Sutil oferta
DesearĂa que mi alma te fuera tan
ligera
como las hojas largas
de los álamos que se encienden de sol
por encima de los troncos cubiertos
de niebla –
Quisiera guiarte con mis palabras
por una avenida desierta, marcándola
de delgadas sombras –
hasta un valle de hierbas silenciosas,
al lago –
por donde silba la respiraciĂłn del aire
en los juncos
y las libélulas se divierten
con el agua de los charcos.
Quisiera que mi alma te fuera
ligera,
que mi poesĂa te fuera un puente
sutil y firme,
blanco – sobre el oscuro desorden
de la tierra.
— DHB