=== Arbórea === Ella a veces es un bosque, ya brumosamente opaco, ya oscuro y fantasmagórico, ya luminoso y alegre con trinos y enredaderas que trenzan sus esperanzas en la piel parca y rugosa de su repetido cuerpo. Como atuendos medievales, los líquenes, las parásitas, los zarcillos, los botones de pétalos circundados, pueblan el raro universo de ninfas innumerables con su rostro esquivo, claro, de luna llena atrapada en el hueco de las manos. === === La iteración de su imagen, tortuosa o estilizada, con su ramaje tejiendo sugerencias intrincadas, me implican húmedamente en sueños abovedados. Como en un jardín cautivo dentro de una esfera errante, en su atmósfera de ensueño giro y ando por las sendas acolchonadas de hojas, veteadas de sombras verdes, ínfimamente onduladas por esas mínimas vidas que en secreto corretean bajo la epidermis fofa de senderos olvidados. Allí su mano se tiende en gesto de tamarisco, allá su vientre platea la superficie de un álamo, más lejos sus sojos miran con avellanas de roble y en otro extremo los sauces son sus lágrimas callando. Yo junto helechos ufanos y hongos petigorditos, barbas de musgos austeros, hojas caídas en lentas circunferencias garbosas, ramas de formas extrañas, puñados de tierras vírgenes, gotas de rocío huérfanas, telarañas sin destino, soplos de aves dormidas, reflejos de cristal roto que se cuela entre las ramas sin chasquidos ni estridencias negriblanqueando el paisaje y lo acomodo en el cuenco de mi sonrisa callada. Sujeto ese atado, pleno de mis más caros misterios, con el hilo de mi voz y lo ofrezco a cada una de sus efigies coposas sin pretensiones, sin rezos, sin genuflexiones vacuas, tan sólo por el deseo de obsequiarla, mas reservo una pequeña parcela de empecinada esperanza. En cada árbol o arbusto, ella nace a mi mirada en distintos personajes. Una Madonna sufriente, Juana de Arco entre las llamas, la Venus de Boticelli, Micaela sosteniendo a un Túpac dubitativo, una Lilith sulfurosa, una Salomé angustiada. Una Malena harapienta, una Colombina de ónice, Y aquella Mujer Pantera en busca de su manada. Es Esmeralda, es Electra, La Malinche... ¡tantas "ella"! que no sé dónde mirar sin encontarla observándome con sus ojos enigmáticos nimbados de soledad, de pasión desperdigada. Y en ese bosque soñado yo sé que también se pierde, que también grita al vacío su clamor de desamparo... Quizá despierte algún día sabiendo que estoy aquí, sin fantasía, en concreto. Quizá yo también despierte y la vea florecida, fructificando deseos, enredando nuestras ansias, en un arbolado sueño. {{tag>poemas los_peces_de_tu_boca}} --- //[[:user:danielhb|DHB]]// ~~LINKBACK~~ [<10>]