Entro al sueño como quien abre una gran caja

Allí está el océano inmóvil y brillante
como una bandeja a la espera

Allí estoy yo
repetido en la lisa superficie

Mis múltiples miradas paralelas
alcanzan el horizonte y lo interpretan secretamente
absorben su inmensidad
descifran su mensaje

Una brisa de manos amigas ondula mis ropajes austeros

Allí están los monolitos de ónix negro
verticales y lustrosos
como otros YO
aunque más herméticos
desnudos

Y el cielo
cuya azul transparencia me sugiere viajes infinitos

Una estrella brilla solitaria su luz mortecina

No hay playas
no hay naufragios
no hay espera
sólo una pertinaz permanencia
y su insoluble enigma.

— DHB
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