(tangoide)
Fumar bajo las alas de la noche,
en el rincón más negro de su hora,
con un grillo que canta o que llora,
o que chilla salteado su reproche.
Aspirar las pequeñas alboradas
que encienden el contorno de mi mano
iluminando el borde de un arcano
difuso, como un ángel sin mirada.
Y en los negros silencios, perturbados
por el cantar monótono del grillo,
la brasa ardiente de mi cigarrillo
dibuja rosas y peces dorados.
No es profesión de fe, no me interesa
promover estos tóxicos placeres,
cada cual urdirá sus pareceres
eligiendo la miel o la queresa.
Disfruto estos momentos, simplemente,
hundiéndome en el humo taciturno
de ese fantasma efímero, nocturno,
que destensa los hilos de la mente.
Y en los negros silencios, perturbados
por el cantar monótono del grillo,
la brasa ardiente de mi cigarrillo
dibuja rosas y peces dorados.
— DHB
~~LINKBACK~~