De a poco
pie a pie
muslos
hombros
voy sumergiéndome en el beso lento de tus manos

el suave oleaje de tu tiempo
mesa la dócil mata de mis recuerdos
que van cayendo uno a uno
con volteretas gráciles y leves
en el apacible estanque del olvido

flotando en esos mares rizados por la brisa
navega la memoria
hacia un horizonte sin sirenas
ni registros
ni ilusiones
ni mentiras

y detrás de esa línea
divisoria de vetustas hojarascas
y castos nacimientos
caducan todas las falsedades arduamente conseguidas
me desprendo de las resecas pieles
opacos lastres de un tiempo vano y obsecuente

olvido

desaprendo las formas
convenciones
compromisos fútiles y frívolos
desgarro el saco de vilezas
de excusas y condescendencias
que caen como oscuras piedras en tu lecho

olvido

océano piadoso y compasivo
donde el alma regenera la sustancia primitiva

olvido

aséptica memoria
de novedades y renacimientos

olvido
grato olvido

duermo entre tus sábanas
frescas y limpias
y sueño un sueño sin costrones oxidados
sin malicias
sin olvidos.

— DHB
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