Donde se cree que habita la ceguera
en donde suponemos
que el tímpano espera inútilmente
y que las arenas
sólo fuliginosas redes entretejen
una mueca dentada y su neón pendiente
espantarán tus sueños
ocho brazos luminosos
besarán cada escéptico centímetro
de esa piel desinformada
y un espectral cerianto
como el cisne de una mágica polvera
impregnará tu rostro
con partículas de asombro anochecido.
— DHB