mis pruebas

(bolsillo/mis pruebas)

Ejemplo de Tabbox

Poesía

Mi sapo


Brilla el sapo su elástica epidermis
y el globular misterio de su mirada acuosa
encierra en mellizas escafandras
los navegables secretos de su vida.

Leer más...

Prosa

El cangrejal de Fabio

(de conversas con el amigo Fabio Morasso, que se fue queriendo)

La vida nos arroja al azar a un mundo muchas veces hostil. Algunos caen y brotan en ambientes favorables, otros caemos desnudos e inermes en un cangrejal (pobres cangrejos), del que no sabemos nada ni queremos saber, un mundo que nos es completamente ajeno porque nuestro mundo interior nos dice que pertenecemos a otro totalmente distinto.

Leer más...

Humor

Desoda a la luna

Con su ojo enojadote
- tuerta, gris y macilenta -
a su cara de cascote
no le falta ningún brote
¡qué mejilla granujienta¡

Colgada de las alturas
como una prenda olvidada
las más feas criaturas
recorren las hendiduras
de su cara apolillada.

Leer más...

Nubes a cuerda

Semidespierto

El pájaro de oro
de líneas gráciles y furia decidida
ataca la esfera donde un árbol
en su breve planicie verde y acotada
flota sobre un océano diminuto y acerado

Allí la daga de un pez ensimismado
me observa en silencio
obviamente

Leer más...

Ocaso aplacó tus vapores agresivos
y una brisa a contramano
no alcanza a rizar tu epidermis aceitosa
cuyas lácteas lunecencias
ondulan, como boas ancestrales,
hacia un remoto origen de yemas optimistas.

Cinta de luto, aún más anochecida,
con una hebilla de plata que trae del recuerdo
orillas frescas y juncos estremecidos.

¡Pobrecito animal manso y apaleado!
En tu agónico reptar de pluviales movimientos
aún persiste la memoria del vergel y los jazmines.
Esta noche olvidás la ofensa suburbana
y brillás,
generosa guirnalda que se tiende

desde mi desazón al ojo ebúrneo
que nos mira discurrir conjuntamente
en un intento terco y obcecado
de mantener el cauce y la mirada.

Desde el puente,
tus reflejos de ameba iridiscente
estallan calmos, me dilatan, me contraen,
en un musical silencio de latidos apagados.

¡Contagiame la gracia
que, aún en los estertores subcutáneos de tu muerte,
le gritás a las ruinas fabriles de tu vera,
que, atónitas,
en su limbo lunar de grúas oxidadas,
no entienden (pobreza mineral)
que en tu lecho de barros venenosos
subyace el germen resistivo de tu vida!