Engendro, por supuesto
Peces en la cabeza
buceando entre las algas voluptuosas de los sueños
peces circunnavegando
las insondables distancias
de azules misterios olorosos a puertos
en donde la mente atraca
de donde la mente zarpa.
Aves en el pecho
calandrias y cóndores
alborotando el aire
con aleteos inflados de promesas
planeando en giros infinitos
buscando cíclicos horizontes
renovadores de curiosidad y anhelo.