Letras inútiles, confusas, desorientadas, puercas, escandalosas... necesarias

OrquideAlucinadA

mis pruebas

(bolsillo/mis pruebas)

Ejemplo de Tabbox

Poesía

Primal

Siguiendo las primarias huellas de tu aroma
me interno en el arrabal de los temores
y en una esquina incierta, sin ochava,
me asaltan tus ojos predadores.

Tu boca, que amenaza mis cimientos
con ondulaciones húmedas y suaves,
me habla de historias perfumadas
por las premoniciones del desastre.

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Prosa

Aproximanción a la poesía

La poesía es quizás el arte más incomprendido (y menos difundido) por lo inasible, ya que pertenece y está dirigido al mundo de las ideas, a ese universo quebradizo, voluble, contradictorio, pleno de infinitas bifurcaciones, efímero en su incosistente levedad (como el humo de un fantasma incinerado por el fuego de la palabra) que es el intelecto.

Es el elemento que altera decididamente nuestras propias abstracciones, nuestros deseos más incógnitos, nuestras imágenes más oníricas, nuestras angustias más soñadas o nuestros placeres más temidos.

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Humor

Estrofado de cerdo (soneto a las brazas)

Conseguirás tu víctima inocente
en una chacra al borde del camino.
Doce kilos, no más, tendrá el porcino
para que el plato sea procedente.

Una vez degollado, en agua hirviente
deberás desollarlo y un buen vino
descorcharás brindando por el tino
de la destripación, mas sé paciente:

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Nubes a cuerda

Sistema paltario

Suelta el vibráfono sus gotas
como paltas flotando en el ámbar de la tarde

giran y derivan
al influjo de un viento de melaza

las plumas doradas de la piel del día
aletean interyectando sus púas
en la carne pastosa de esas ojivas de olivácea redondez
carne de verde ansia tropical

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Ocaso aplacó tus vapores agresivos
y una brisa a contramano
no alcanza a rizar tu epidermis aceitosa
cuyas lácteas lunecencias
ondulan, como boas ancestrales,
hacia un remoto origen de yemas optimistas.

Cinta de luto, aún más anochecida,
con una hebilla de plata que trae del recuerdo
orillas frescas y juncos estremecidos.

¡Pobrecito animal manso y apaleado!
En tu agónico reptar de pluviales movimientos
aún persiste la memoria del vergel y los jazmines.
Esta noche olvidás la ofensa suburbana
y brillás,
generosa guirnalda que se tiende

desde mi desazón al ojo ebúrneo
que nos mira discurrir conjuntamente
en un intento terco y obcecado
de mantener el cauce y la mirada.

Desde el puente,
tus reflejos de ameba iridiscente
estallan calmos, me dilatan, me contraen,
en un musical silencio de latidos apagados.

¡Contagiame la gracia
que, aún en los estertores subcutáneos de tu muerte,
le gritás a las ruinas fabriles de tu vera,
que, atónitas,
en su limbo lunar de grúas oxidadas,
no entienden (pobreza mineral)
que en tu lecho de barros venenosos
subyace el germen resistivo de tu vida!