El Atlante
En el lecho turbio
en lo profundo
provocando nubes de arenas y detritos
el coloso milenario
arrastra su luctuoso continente
Cada paso suyo son centurias
que sacuden
con un estruendo sordo
los oscuros basamentos
La letra, esa pretenciosa odalisca de los símbolos, en su volátil, voluble, zigzagueante danza, pinta paisajes a veces claros y definidos, otras inciertos y oscuros, mas siempre nos proporciona algún tipo de placer.
Ojalá estos textos sean de tu agrado
Páginas aleatorias
En el lecho turbio
en lo profundo
provocando nubes de arenas y detritos
el coloso milenario
arrastra su luctuoso continente
Cada paso suyo son centurias
que sacuden
con un estruendo sordo
los oscuros basamentos
Cuando la noche cernió su fosforescencia sobre la piel brillante del río, sobre el murmullo de las hojas, dibujando - sombras en las sombras - las siluetas soñadoras de las plantas, y el silencio comenzó su eterno cuento poblado de remolinos, de ramificaciones secretas, de miradas presentidas, mi alma estuvo ya dispuesta, receptiva, y comenzó a beber, de a poco, el cálido misterio de su encanto.
Un hemistiquio inicia mi verso alejandrino
y una segunda parte completa su misión
serán catorce versos que marquen el camino
y una cesura o pausa como verbal mojón.
Con éste dos cuartetos de rítmico destino
completo y es el medio de un texto juguetón.
Si, ya casi llegamos, seguro que le atino.
Pues sí, el centro justo: el anterior renglón.
Globos en el aire
globos transparentes
cristalinos como la voz del agua
quietos como la espera
flotan
flotan
no los agita la corriente de ojos
ni las ondas mudas del aliento
(estas pestañas se ven mejor en una computadora)
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Letras inútiles, confusas, desorientadas, puercas, escandalosas… necesarias para quien las profiriera