Secciones
Reverberan los objetos
con verdes vibraciones
goteando, por momentos,
sus mieles austeras,
a veces salpicando
angustias disconformes.
Crujen los insectos
sus noches milimétricas,
ondulando en su banquete
la estopa humedecida
de nuestros sentimientos.
Silban los meteoritos
su navajazo
y un sol decapitado
rueda su crepuscular lamento
empapando las arenas expectantes
del silencio.
Con sinusoidal llanto
las antenas nos atraen,
como escuálidas sirenas,
a un arrecife inhóspito
de incomunicación y soledades.
Se alinean los sapos en grumosa marcha,
viscosa alfombra
que emigra de jardines y de plazas
hacia una luna roja
promesa de crisálidas.
Levantan los mares sus paredes
de matriciales ónices.
Abren sus acuosas noches
al ojo curioso de abismos y memorias,
añorador de colapsos y de génesis
y de mitosis eufóricas.
El cielo se puebla de ballenas,
el suelo es un cuarzo transparente,
los árboles incendian sus follajes,
los pájaros escarban el asfalto,
los cristales de los edificios
dejan pasar los vientos…
…obviamente no lo vemos,
otra realidad es nuestro ámbito.
— DHB
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Letras inútiles, confusas, desorientadas, puercas, escandalosas… necesarias para quien las profiriera