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No
definitivamente no soy el lector apasionado
taciturno
escondido tras el mechón grasiento
atribulado
No soy el mendigo de aire misterioso
que lee a Borges
Pizarnik o Baudelaire
Whitman o Rilke
acurrucado en el umbral del olvido ciudadano
casi no leo
No soy el amante rechazado
el hijo negado
el hermano segregado
el patriota desterrado
el poeta atormentado
(ni poeta)
ni el genio incomprendido
o el sabio anacoreta
que refugia su prístina consciencia
su ególatra saber (más que egoísta)
tras el muro invisible
duro
inquebrantable
del perímetro que trazan sus temores
Soy apenas una incógnita
igual o equiparable
a miles de millones que transitan
las calles siempre ajenas
del otro lado de los ojos.
No hay nada a descubrir
y lo hay todo.
— DHB
Letras inútiles, confusas, desorientadas, puercas, escandalosas… necesarias para quien las profiriera