OrquideAlucinadA

Se cargó el aire de húmedos misterios
y un frescor de poros contraídos
roza la piel del viernes moribundo

Crece a paso lento
un presagio de frías superficies
de brillantes
resbalosos reflejos que tiemblan en la noche
pero que aún no nacen
maduran en la espera

Llega el silencio
la quietud se agazapa en un chistido
y una parca señal
apenas un guiño imperceptible
hace callar la brisa cediendo los espacios
al suave secreteo
al ínfimo aquelarre intermitente
del agua entre las hojas
que sisea conjuros cristalinos

Diminutas risas en voz baja
murmullos que hormiguean en el pasto
mínimos estallidos en un polvo vencido por la atmósfera
proliferan como un coro de duendes escondidos
en los nocturnos meandros del sigilo

Suave
como una conversación de dos amigos
en la lenta mesa del afecto y el vino
esa queda llovizna austera y apocada
es un rescoldo frío
que entibia y que refresca
es apertura y cobijo
es la multitud del agua

dispersión y unísono.

— DHB
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