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Dentró un grillito en el rancho
y el gato que lo pispiaba
dende abajo de la mesa
ya encimita le saltaba.
¡grillo, grillo, grillo cricrí
grillo sal de ahí!
Queriendo salvar a bicho
(animalito de dios)
manotié la cola al gato
y las uñas me clavó.
¡gato, gato, gato ronrón,
eso sí que no!
Reculando trompecé,
tiré la mesa, la pava,
la lámpara a kerosén,
el mate, hasta la guitarra.
¡ay, grillo, quiero salvarte,
si no dejás de saltar
no te saco p'ajuerita
y el gato te va'trapar!
Me tiré de panza al piso
apurao por agarrarlo
y me olvidé de los vidrios,
me quedó el vientre rayao.
¡ay, ay, cuánto dolor,
mi pancita flor!
Por atrás de la cocina,
debajo de la banqueta
¡qué desparramo, Señor,
el bicho y sus jugarretas!
¡bicho, que m'estás cansando!
ya casi que no te salvo.
En otro intento perdido
con la escoba quise dar
al gato para espantarlo:
rompí el cuadro de mamá.
¡Ay grillo, quise salvarte
y te fuiste solo, a pata!
La próxima vez que vengas
te aplasto con l'alpargata.
— DHB
Letras inútiles, confusas, desorientadas, puercas, escandalosas… necesarias para quien las profiriera