Secciones
Caía una lluvia densa y pegajosa
crujía en el asfalto
como una fritura de secretas soledades
era un mensaje ambiguo
esperanza
alegría
desconsuelo
sutil melancolía
esos círculos pequeños
trazados en los poros del cemento
expandían sus múltiples señales de advertencia
limitadas por sus adyacentes clonaciones
¿qué leer en los intersticios de sus cánticos?
¿qué luces ciegas interpretar en sus ondulaciones?
Mis pasos quebraban ese espejo sarpullido
salpicando mis zapatos
y pequeños brazos con sus manos se aferraban a su cuero
negándose a caer
a volver a ese mar de turbias conjeturas
donde miles de cabecitas
estallando como copos de maíz
gritaban mi nombre
como un aquelarre de profundas oquedades
y en esa masacre que mis pies
indolentes
descalzos de toda emoción
provocaban en mi andar
los cráneos diminutos
crocantes y azorados
reventaban expulsando sus miserias
algunos supuraban petróleo
otros pus
otros exhalaban almizcles y jazmines
algunos sangres incendiadas
aquél se derramaba en diamantes
diezmados por el amor infinito e inconcluso
ese otro se deshacía en un humo azul
donde se arremolinaban tristeza y esperanza
¡Cuánto desasosiego y cuánto deseo contrapuesto
en esa hecatombe de tensiones!
¿Se inundará acaso este campo de batalla
de miasmas implacables
o será
como el Nilo
un avance de barros generosos
que cubran las ríspidas aristas
que acolchen las rocas agresivas
y nos dé un manto de podredumbres fructíferas
donde sembrar futuro?
¡Que llueva intensamente
que truene
que diluvie
hasta satisfacer toda demanda
hasta despejar toda duda
y eliminar la incertidumbre!
— DHB
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