OrquideAlucinadA

¿Qué hora será
que el aire está vacío de voces y de pasos?

Me asomo a mi ventana
y la realidad parece congelada
como una maqueta en un globo de resina

¿Será la hora del amor?
¿la de las sábanas húmedas y los cuerpos aceitosos
que batallan el deseo entre mordiscos y suspiros?
sus ayes y alaridos contenidos
no atraviesan los muros del silencio.

No vuela ni una hoja
migrando a su eterno destino de detrito

no pasa ni un perro de inquieta travesía
plantando sus banderas

¿Qué hora será?
¿la del recogimiento y la introspección
cuando uno se plantea actitudes y busca soluciones?

las nubes no se mueven
como esperando una genial respuesta
y los pájaros han ido a refugiarse
como temiendo un cambio peligroso

¿Será la hora de la culpa y la vergüenza?
¿la del conteo de cadáveres?
¿la hora del saqueo sigiloso
de sueños y esperanzas?

No está el colibrí agitando su ansia libadora
no suena su mágico cri-cri
que obliga a buscar entre el follaje
los verdes destellos de su gracia

la araña ha suspendido su ávido tejido
y pende inmóvil de su liana de cristal
como una extraña gota de misterio

No se oyen risas ni llantos
no hay murmullos
los juegos de las plazas
inmóviles de espera
no chillan sus lágrimas de óxido.

Quizás
en eternizada expectación
los niños miran a sus padres esperando una sorpresa
cristalizados en la dulce algarabía
¿será la hora del regalo?

¿Qué hora será
que no sucede nada?
¿la hora del estudio y el descubrimiento?
¿la de la creación y el sufrimiento?

A lo mejor el mundo
al fin
está por concluir la ecuación precisa
la fórmula exacta del amor
de la hermandad y el equilibrio…

Pero no

la palabra llave ha sido pronunciada
quebrando los candados del misterio

como un martillazo a mi elucubrar ingenuo
y con un estruendo que disipa toda duda
estalla el ¡GOL! por las ventanas.

— DHB