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Duérmase, niña, que ahora
en su barcaza de leche
vendrá la buena señora
y al encuentro de la aurora
la transportará en su queche.
Duérmase, que en su boquita
de coral tan inocente
ella pondrá una gotita
del agua que el pesar quita
y le besará la frente.
Tirado por por dos jilgueros
vendrá el carro de la luna
traerá miel y un ternero,
un gato muy zalamero
y un tarrito de aceitunas.
Y le traerá, además,
cuando cierre los ojitos,
dos rodajas de ananá,
flores de jacarandá
y alguno de sus rayitos.
— DHB
Letras inútiles, confusas, desorientadas, puercas, escandalosas… necesarias para quien las profiriera