OrquideAlucinadA

Siguiendo las primarias huellas de tu aroma
me interno en el arrabal de los temores
y en una esquina incierta, sin ochava,
me asaltan tus ojos predadores.

Tu boca, que amenaza mis cimientos
con ondulaciones húmedas y suaves,
me habla de historias perfumadas
por las premoniciones del desastre.

En el vociferante silencio de tus labios
naufragan mis intentos
de sobrevivir al ígneo mar de tu mirada
y voy cayendo, lento,
en el infierno voraz, dulce y violento,
del hilo de tu voz, cruel llamarada
que incinera las columnas de mi mente
precipitando el derrumbe de estructuras
que pensaba sólidas y fuertes.

El poro se contrae,
la pupila dilata temores que se ciernen
como cuervos
sobrevolando la gota de sudor
que cae por mi frente,
se erizan los bellos de mi nuca
y el glacial alud que corre por mi espalda
sella mi destino de presa en estupor.

Ya soy carne vencida,
humo al viento de tus ojos,
detrito del amor.

— DHB