Chayita lunera
En esa caja nocturna,
mojada en vino estelar,
chayan los meteoritos
y el sol se pone a soñar.
Con el tun-tun de su parche
se ondula ese vino tinto
y cientos de uvas doradas
titilan su dulce brillo.
Secciones
(bolsillo/mis pruebas)
Ejemplo de Tabbox
En esa caja nocturna,
mojada en vino estelar,
chayan los meteoritos
y el sol se pone a soñar.
Con el tun-tun de su parche
se ondula ese vino tinto
y cientos de uvas doradas
titilan su dulce brillo.
Extensa disquisición que tratará de explicar -desarrollando punto por punto, analizando cada arista de la materia que nos ocupa con distintos filtros para poder apreciar diferentes perspectivas- por qué no soy poeta.
Porque la realidad siempre es más sublime, más terrible y más anodina que lo que culaquier pluma pueda garabatear.
Fin del documento.
— DHB
En un misterioso predio
De La Rioja, en plena coche,
sin alcohol y sin soroche,
un susto me partió al medio
sacudiéndome de un tedio
que derivaba en bajón.
Detrás de oscuro telón
de terrorífica urdimbre,
me estremeció como a mimbre
el terrible lobizón.
— DHB
Video
Haciendo chirriar sus engranajes
el pájaro mecánico
intenta el movimiento
como un otoño solar
se desprenden y planean
sus plumas de fuego
Ocaso aplacó tus vapores agresivos
y una brisa a contramano
no alcanza a rizar tu epidermis aceitosa
cuyas lácteas lunecencias
ondulan, como boas ancestrales,
hacia un remoto origen de yemas optimistas.
Cinta de luto, aún más anochecida,
con una hebilla de plata que trae del recuerdo
orillas frescas y juncos estremecidos.
¡Pobrecito animal manso y apaleado!
En tu agónico reptar de pluviales movimientos
aún persiste la memoria del vergel y los jazmines.
Esta noche olvidás la ofensa suburbana
y brillás,
generosa guirnalda que se tiende
desde mi desazón al ojo ebúrneo
que nos mira discurrir conjuntamente
en un intento terco y obcecado
de mantener el cauce y la mirada.
Desde el puente,
tus reflejos de ameba iridiscente
estallan calmos, me dilatan, me contraen,
en un musical silencio de latidos apagados.
¡Contagiame la gracia
que, aún en los estertores subcutáneos de tu muerte,
le gritás a las ruinas fabriles de tu vera,
que, atónitas,
en su limbo lunar de grúas oxidadas,
no entienden (pobreza mineral)
que en tu lecho de barros venenosos
subyace el germen resistivo de tu vida!
Letras inútiles, confusas, desorientadas, puercas, escandalosas… necesarias para quien las profiriera