Letras inútiles, confusas, desorientadas, puercas, escandalosas... necesarias

OrquideAlucinadA

mis pruebas

(bolsillo/mis pruebas)

Ejemplo de Tabbox

Poesía

Momento rojo


En la voraz enredadera de tus brazos
entrego mi voluntad y mi deseos
soy víctima feliz
niño en su cuna saciado y arropado

sueño una playa tibia por tu ombligo
y subo a las alturas de tu boca
donde bebo la roja boa de tu lengua
que se anuda
prensil
a mi requerimiento

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Prosa

¡UFF!

El murmullo de la lluvia ya era una estopa compacta que inmovilizaba los pensamientos e impedía la respiración. Su monotonía jaspeada alargaba la noche, ya de por sí estirada por la fiebre y el insomnio, convirtiéndola en una pegajosa alfombra donde los relojes se desmembraban como insectos en un papel mata-moscas.

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Humor

Animaladas IV


A pura velocidad
en dos ruedas, meta y meta,
mi rauda motocicleta
me lleva a cualquier lugar.
Viajo de aquí para allá
sin demora y sin espera,
paso a quinta de primera
volando y sin asustarme.
Permítanme presentarme:
soy la iguana motoquera.

DHB

Nubes a cuerda

Filosa realidad

El péndulo oscila
de un extremo al otro de la hipnosis
decapitando indiferencias
que
acostadas en hileras ordenadas
entregan la inercia de sus cuellos
a esa media luna de sonrisa centelleante

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Ocaso aplacó tus vapores agresivos
y una brisa a contramano
no alcanza a rizar tu epidermis aceitosa
cuyas lácteas lunecencias
ondulan, como boas ancestrales,
hacia un remoto origen de yemas optimistas.

Cinta de luto, aún más anochecida,
con una hebilla de plata que trae del recuerdo
orillas frescas y juncos estremecidos.

¡Pobrecito animal manso y apaleado!
En tu agónico reptar de pluviales movimientos
aún persiste la memoria del vergel y los jazmines.
Esta noche olvidás la ofensa suburbana
y brillás,
generosa guirnalda que se tiende

desde mi desazón al ojo ebúrneo
que nos mira discurrir conjuntamente
en un intento terco y obcecado
de mantener el cauce y la mirada.

Desde el puente,
tus reflejos de ameba iridiscente
estallan calmos, me dilatan, me contraen,
en un musical silencio de latidos apagados.

¡Contagiame la gracia
que, aún en los estertores subcutáneos de tu muerte,
le gritás a las ruinas fabriles de tu vera,
que, atónitas,
en su limbo lunar de grúas oxidadas,
no entienden (pobreza mineral)
que en tu lecho de barros venenosos
subyace el germen resistivo de tu vida!