Letras inútiles, confusas, desorientadas, puercas, escandalosas... necesarias

OrquideAlucinadA

mis pruebas

(bolsillo/mis pruebas)

Ejemplo de Tabbox

Poesía

Y el frío

Un nácar ceniciento
extiende su indefinición al horizonte.

Las arenas despeinan
la mudanza fundante de los médanos
que reptan hacia una ciudad de lomos bayos.

Unas huellas menguantes
esquivan el tosco crucifijo de una rama seca
clavada en la posible tumba de un misterio.

Y el eco sin fin de las gaviotas
repitiendo con portuaria resonancia
el nombre de esta tarde

¡oh, melancolía!

DHB

Prosa

Aproximanción a la poesía

La poesía es quizás el arte más incomprendido (y menos difundido) por lo inasible, ya que pertenece y está dirigido al mundo de las ideas, a ese universo quebradizo, voluble, contradictorio, pleno de infinitas bifurcaciones, efímero en su incosistente levedad (como el humo de un fantasma incinerado por el fuego de la palabra) que es el intelecto.

Es el elemento que altera decididamente nuestras propias abstracciones, nuestros deseos más incógnitos, nuestras imágenes más oníricas, nuestras angustias más soñadas o nuestros placeres más temidos.

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Humor

El llamado (soneto klingon)

Kotrümoj radelpah no shef okêlta,
shuma flitz ehm, gatjö kimma troqntèh.
Gashtebõ no Kotrümoj repentnèh,
oshåba melt hojghnæ güo mika shteltha.

Jõs kummèlit orpah mijshûma hêntah
¡Gozke! ¡Gozke! Jyrim gne Tule tek,
shum kimmatö Kotrümoj tolunec
ajtañe melt joctè ny kasu jëlta.

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Nubes a cuerda

Globos

Globos en el aire
globos transparentes
cristalinos como la voz del agua
quietos como la espera

flotan

flotan

no los agita la corriente de ojos
ni las ondas mudas del aliento

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Ocaso aplacó tus vapores agresivos
y una brisa a contramano
no alcanza a rizar tu epidermis aceitosa
cuyas lácteas lunecencias
ondulan, como boas ancestrales,
hacia un remoto origen de yemas optimistas.

Cinta de luto, aún más anochecida,
con una hebilla de plata que trae del recuerdo
orillas frescas y juncos estremecidos.

¡Pobrecito animal manso y apaleado!
En tu agónico reptar de pluviales movimientos
aún persiste la memoria del vergel y los jazmines.
Esta noche olvidás la ofensa suburbana
y brillás,
generosa guirnalda que se tiende

desde mi desazón al ojo ebúrneo
que nos mira discurrir conjuntamente
en un intento terco y obcecado
de mantener el cauce y la mirada.

Desde el puente,
tus reflejos de ameba iridiscente
estallan calmos, me dilatan, me contraen,
en un musical silencio de latidos apagados.

¡Contagiame la gracia
que, aún en los estertores subcutáneos de tu muerte,
le gritás a las ruinas fabriles de tu vera,
que, atónitas,
en su limbo lunar de grúas oxidadas,
no entienden (pobreza mineral)
que en tu lecho de barros venenosos
subyace el germen resistivo de tu vida!