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- Ranita con alma
- eíble el nivel de conocimiento del que hace gala, hasta he sentido envidia. ¿Nunca sintieron envidia de s... estra relación se basaba en el respeto mutuo, que hasta el momento no habíamos tenido situaciones de agre... Incluso habíamos ensayado el Canon de Pachelbel. Hasta publicamos un aviso en el diario: Coreutas se bu... del Sur. Tuvimos una temporada bastante exitosa. Hasta nos pedían fotos autografiadas, incluso hubo un f
- Planos de soledad
- ás atención, entonces el papel comenzó a diluirse hasta desaparecer. Retomé la caminata, esta vez con más suerte, porque llegué sin inconvenientes hasta un cuadrante alfombrado con un césped fresco y hú... podía verla a través de los cuadrados del suelo, hasta que se perdió irremediablemente. El descomunal m
- ¡UFF!
- rtido mi dormitorio. Yo sentía el agua penetrando hasta lo más profundo de mis pulmones y el aire que esc... r. Su brillo se fue haciendo cada vez más intenso hasta que iluminó toda la estancia y pude ver que la ac
- Donde hay una necesidad hay un derecho
- compás de la música, sonrisas en todas las caras. Hasta al que podríamos calificar como el más zoquete, e... cuadrado, se lo ve disfrutando esos momentos ¡si hasta los músicos disfrutan como no se los ve gozar en
- El pingüino
- a que el juego continuara. Estuvimos así un rato hasta que, luego de un último envioncito, me dirigí a l... su cabecita en mis pies. Ahí terminó el sueño, o hasta ahí recuerdo. **MINI EPÍLOGO-CONCLUSIÓN** Al men
- La primera palabra
- . Yo, feliz, lo acariciaba, le rascaba la cabeza. Hasta le di un beso. Llegó José con su sonrisa afable ... on una sonrisa y empezamos a reírnos festejando. Hasta unos minutos antes había estado corriendo por el
- Laudanocturnal
- , paulatinamente, a perder consistencia, solidez, hasta que todo vestigio de materia mutó y se transformó... rmullo de sus ideas los arrastró por las ventanas hasta las negras cúpulas nocturnas donde alcanzaron el
- Melody
- enamoramiento, me embargó más o menos desde los 8 hasta los 18 años, y era una de las causas de ciertas r... qué me pasaba. Y yo siempre rehuía la respuesta. Hasta que un día (tendría 9 o 10 años) le conté que est
- Soy la brisa impertinente
- mar de dulces espejismos asoma intermitentemente hasta que parece que el sol sale de allí y lo que se ve
- Savia
- voy perdiendo esa consistencia ósea y carnal que, hasta hace un instante, me daba la consciencia animal d
- Reformulación de la teoría de cuerdas
- variante Yepes), cuatro (variante Aznar-Gamboa) y hasta la proposición minimalista Qom de una sola cuerda
- Adrianita
- nos y tratándonos casi todos los fines de semana (hasta que ya no concurrí más a ese hermoso club), ya ca
- Paréntesis
- áforos y carteles de neón. Sólo unas horas. Sólo hasta que reventara, en múltiple eclosión, el nuevo día
- Nocturno en la fronda
- cho, y mi voz suspendió su impertinente vibración hasta el momento en que debiera entonar su salmo verde.
- Criatura
- combate con el ya obsoleto amnios que lo contenía hasta que, finalmente, una mano lo rasgó y quedó quieta
