OrquideAlucinadA

tangoide

Y te fuiste, nomás, por los canceles
que le abría mi tarde a la esperanza,
dejando un resabio de polvo iluminado
por las luces del adiós y la distancia.

Te marchaste esa tarde sin partir
porque yo nunca había llegado a tus umbrales,
tenía llaves de sombra
para las cerraduras de luz de tus portales.

No hacía falta que te fueras
porque yo nunca tuve tus ahoras.
Tus presentes, mis pasados, eran fieras
disputándose un mendrugo de zozobras.

Un tic-tac destemplado fue la música
de la canción imposible que intentamos,
arena al viento
de un quebrado reloj. Polvo en las manos.

Y ahí vas,
persiguiendo tus momentos atisbados.
Y aquí estoy, mirando un mundo
que parece, quizás, un tanto más opaco.

No hacía falta que te fueras
porque yo nunca tuve tus ahoras.
Tus presentes, mis pasados, eran fieras
disputándose un mendrugo de zozobras.

— DHB
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