Arbórea
Ella a veces es un bosque,
ya brumosamente opaco,
ya oscuro y fantasmagórico,
ya luminoso y alegre
con trinos y enredaderas
que trenzan sus esperanzas
en la piel parca y rugosa
de su repetido cuerpo.
Como atuendos medievales,
los líquenes, las parásitas,
los zarcillos, los botones
de pétalos circundados,
pueblan el raro universo
de ninfas innumerables
con su rostro esquivo, claro,
de luna llena atrapada
en el hueco de las manos.