Sílabas negras
al maestro Eduardo Falú
Gorjean tus dedos
los trinos que el poeta ido
labraba en las alturas de la lengua.
La cálida garganta de madera
suelta tus alondras
que señalarán por siempre
la senda frágil del corazón latiendo
en el rincón más tibio
de los sentimientos.